Aunque estés grande,
aunque tus pies te hayan llevado lejos de mí
aunque el sol para mí ya sea un problema
y el cansancio de los años me haga más terco,
aunque me disguste la persona con quien decidiste compartir tu vida
y te critique lo que estudiaste o lo que haces,
aunque los años me hagan gruñón e incomprensivo,
y si la vida no me ha sonreído,
y el tiempo pase la factura ineludible y cruel de la vejez
en la ventana por la que una vez te vi llegar
con el tiempo y los pasos torpes de tu infancia
con las mismas manos que te sostuve
con los mismos brazos que te abrazaba y protegía
con el mismo corazón que te esperaba,
te pido, te pido que me disculpes,
te pido, te pido que no me olvides
que tus abrazos me acompañen al final de mis días
y que tu voz sea la única que escuche cuando ya mi vida
en el ocaso necesite entregar las justas cuentas al creador....
