jueves, abril 05, 2007

la CASA

Según como me lo contaron, la casa fue construida de adentro hacía fuera, en una construcción irregular, pensada más por la necesidad que por el gusto, lo que si es cierto es que cuando mis padres la construyeron, la pensaron no para uno, ni para dos sino como para tres siglos, aunque de colores uniformes, por que a mamá siempre le gustaban la casa pasó a ser de una simple pieza a una construcción que en sus buenos días albergaba muchas más personas de las que se creía; no solo almas humanas, hacían parte del mobiliario rotante de la casa, eran animales, gallinas, cerdos, palomas, perros, uno que otro gato y conejos.

Si mi pequeña Valeria, mi familia nació con una intrínseca relación con el mundo animal del que el hombre es la máxima expresión de poder y sometimiento a la vez.

La casa al principio era un motivo de orgullo, no en vano sus paredes altas, era la mas fresca del sector, su color blancuzco y su imponencia en medio de un corregimiento que estaba lleno de alguna miseria, no digamos paupérrima, pues LOS PATIOS, no era un cinturón de miseria como tal, sino era un pequeño pueblo que apenas estaba naciendo a la luz de la existencia en el país, luego sus calles se asimilaban a cualquier pueblo del tercer mundo, incluso hasta hace poco se instaló lo que se llama acueducto así que, los primeros años de mi existencia, conocí la dicha de lo que era jugar entre los charcos de los desagües de cañerías, rudimentos de la población que habitaba el sector, también me precio de conocer lo que es trasegar por el barro limpio y sucio al mismo tiempo, de esas calles y por que no me precio de vivir en el orgullo de crecer entre la opulencia que da la pobreza, esa opulencia es la que rescata la dignidad de saberse lo que en realidad uno es a pesar de los inconvenientes, porque eso mi querida niña es lo que hace verdaderamente fuerte el espíritu.

Todos los recuerdos, todas las vivencias hoy me vienen a la cabeza como una oleada gigante que no alcanzo a contener, por eso estoy tan ansioso, pequeña Valeria, baste con saber que antes de que la alegría de infancia que representaban esas aventuras colosales, murieron temprano, murieron cuando mi padre murió, esto si en Bogotá, y entonces el orgullo, la grandeza, la aventura se convertía en una cruz, un peregrinar de todos los años, de cada quince días, de cada mes de cada fiesta, semana santa o año nuevo, cuando hubiera vacaciones, cuando la pereza y la disposición hiciera mella en la obligación, de acompañar de estar, así como los recuerdos de los niños jugando entre el barro, o en el polvo Se desvanecían con la adolescencia, también se desvanecían las ganas, el cansancio propio, el sueño de mi primer amor, tu madre, tu sabes como es de terca, también ayudó.

Así perdí la oportunidad, así perdía las ganas de ir y de volver, de ser aquí y allá, como cuando soñé inocentemente que estudiaba aquí o que mi epicentro de actividades estaba en la casa, en el "escritorio Jurídico",como cuando soñé que podía vivir aquí y no allá, pues desde ese tiempo la ciudad donde tú naciste me es hostil, reticente y violenta, me es ajena.

Después de la muerte de mi papá, y por un período largo el interés estaba en la casa de mi madrina de bautismo, presentación, que no dejante de los sueños de grandeza que tenía sobre mi casa, se enchían aún más con el sueño de la casa de ella, inmensa entre las más inmensas, bonita como la que más, osaba erguirse bajo el titulo nobiliario de "Quinta mi Nonita", como todo tiene su historia y su título esta no es la excepción, pero es harina de otro costal...

continuará...

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