domingo, abril 08, 2007


Una Deuda Eterna

Una deuda eterna tengo,
una deuda de solidaridad y de amor,
una deuda que me regosija
que me duele pero que me embarga
una deuda contigo,
mi pequeña,
una deuda donde los muertos prestado que tengo
me reclaman su existencia,
una deuda con la ciudad de la que nací
y que dejo,
una deuda con la vida misma
cuando los días extraños de nuestra vejez
requiera que mi entendimiento necesite de tu lucidez
recuerda,
pequeño corazón,
recuerda amor,
y hazme recordar,
que una vez estuve,
que alguna vez mi familia tuvo su propia TROYA
que alguna vez el corazón nostalgico lloraba
por la ciudad que nunca fué.
Por la gente que nunca estuvo
por la familia que me prestaron
por la compañía que no me faltó
por el dolor de sentirme
de estar y de ser
por el dolor de los que dejo atrás,
de esos recuerdos que evocan tiempos pasados
de esas calles polvorosas
de esa casa inmensa y hermosa
esa casa donde mis sueños nacieron
y donde tal vez un día murieron,
recuerda pequeño corazón
que uno es de donde son sus muertos
por que el hogar de uno acompaña los campos funerarios
y si son prestados, son aún más...

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